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Félix Máximo López · Los Locos · Acto I · Escena I

Actualizado: 13 nov 2023


Bicentenario Félix Máximo López (1742-1821)


Acto I · Escena I · ¿Quién va allá?...


"El Disparate O La Obra De Los Locos"


Ópera en tres actos (www.superopera.com)


[Escenografía entre corchetes por Alberto Cobo] [La acción se sitúa a principios del siglo XIX. El planteamiento puede ser temporal, esto es, según van pasando los años. Cuatro amigos y compañeros, o vecinos en una corrala, cuyas identidades y profesiones se ignoran (aunque en evidente relación con la profesión de López y la Capilla Real), representan, de una forma realista, su existencia e identidad como personas. López, en forma de teatro experimental, también los llama “ Locos” y suele cambiar su caracterización, llegando a ser en algún momento: un cojo, un mudo, un ciego y un sordo. Bajo el antecedente del teatro lírico Calderoniano, los cantantes son sobre todo actores. El Loco 1º y el Loco 2º son interpretados por mujeres que tornan papeles tanto masculinos como femeninos según la escena, actuando normalmente, en el total de la obra, como varones. Así pues serán designados por ese orden cómo 1er. Loco: Soprano, 2º. Loco: Contralto, 3er. Loco: Tenor y 4º Loco: Bajo. El sentido del texto consiste, muchas veces, en la musicalidad de la frase o la ironía burlesca.]


ACTO I


ESCENA I

(Decorado de una casa de principios del XIX)


LOCO 3º

¿Quién va allá?

Responded pronto

LOCO 4º

¿Decís a mi?


LOCO 3º

No señor. [Dirigiéndose por el ruido hacia alguien que aparece por la derecha.]

¿Quién sois vos?

Decidlo presto.


LOCO 1º

Don Paralipomenón.

Vi parlo all’olandese

da galantuom favello.

Il si deve esser quello,

deve esser quello il no.


LOCO 4º

Pirpirigaña,

bárreme esta casa.

¿Con qué la barreré?

Con la mano cortada.

Eso no sé yo.


LOCO 3º

Si te aprietan el cuello,

quisiera verlo yo.


LOCO 1º

¡Oh Taci!, ¡oh Taci!,

¡Oh Tacio! Chio cospetto.

¡Ah! Merita rispetto

e commensale e amico sdegnarmi.

¡Oh Diononso!


LOCO 3º

Todo eso es paja,

saca la caja,

danos un polvo y á Dios quédate.


LOCO 1º

Havete un Padre imné

e di qual che enemico

io vi difenderó.

¡Oh! Fosser tutti simile

son pieno di furore.

Bestia dime peggiore

nel mondo non si ve.


LOCO 3º

Decodín, decodán,

de la vara cordobán.

El tercero ballestero,

eres un grande embustero,

pero mayor lo soy yo.

Decodín, decodán,

de la vara cordobán.

El tercero ballestero,

eres un grande embustero

y perdone su mercé.


(Pausa)


····················································································································································································


“Vi parlo allo ‘olandese”

Te hablo en holandés


“Da galan tuom favello “

De idioma caballeresco


“Il si deve esser quello, deve esser quello il no”

El sí debe ser eso, ese debe ser el no.


“Pirpirigaña, bárreme esta casa. ¿Con qué la barreré? Con la mano cortada. ¿Quién te la cortó? Eso no sé yo.”


pizpirigaña

De or. inc.

1. f. Juego de muchachos que consiste en pellizcarse suavemente las manos unos a otros.

En la tabla central de El carro de heno de El Bosco una serie de figuras híbridas arrastran el carro hacia el infierno. Estos hombres mitad leones, mitad perros o mitad osos representan en el cuadro la lujuria, la avaricia, la brutalidad y diversos pecados sociales, y su presencia era habitual en los primitivos desfiles carnavalescos, en los que la voluntad primordial de invertir el orden de la naturaleza se mostraba así.


La animalización del ser humano como motivo de carnaval –presente hoy en la ritualidad carnavalesca de muchos territorios– ha tenido una supervivencia peculiar en el caso de uno de los personajes de El carro de heno, el hombre-pez, encarnación mitológica de lo terrible y perverso de lo acuático, y naturalmente vinculado a las sirenas y sus connotaciones lujuriosas.

La iconografía del hombre-pez en la órbita del carnaval ha derivado en el secular y festivo Entierro de la sardina, que ya Goya pintara ilustrando la celebración principal del Miércoles de Ceniza, es decir, el simbólico fin del mundo al revés y de la transgresión y el comienzo de la Cuaresma. Pero el pez carnavalesco de El carro de heno ha tenido también una supervivencia más oculta en algunas retahílas y canciones infantiles, ésas que hablan del Pez pecigaña, convertido en nuestra memoria lúdica en Pipirigaña o Pipirigallo.


Ver:


La retahíla para jugar con las manos o sortear a los participantes del juego dice más o menos así: “Pipirigaña / mata la araña, / un cochinito / bien peladito. / ¿Quién lo peló? / La pícara vieja que está en el rincón / comiendo gazpacho con un cucharón”. De su existencia tenemos testimonios desde el siglo XVII. Quevedo lo menciona en El Buscón (1626) diciendo que “si se jugaba algún juego era siempre el de pizpirigaña por ser cosa de mostrar las manos”; y el Diccionario de Autoridades (1726-1739) define la voz «Pizpirigaña« como “juego con que se divierten los muchachos porque lo hacen diciendo ciertas palabras y dándose pellizcos en las manos”.


Como tantas otras piezas poéticas de la tradición oral infantil, la retahíla de Pipirigaña guarda bajo su aparente sinsentido algunos de los significados e imágenes más ancestrales, perdidos ya en el mundo adulto y subordinados en el mundo de los niños al juego de la rima.


El protagonista de la retahíla, Pipirigaña, ejecuta el gesto de “matar una araña”, burla de la heroicidad caballeresca habitual en los antiguos desfiles carnavalescos, de los que también hemos heredado la figura similar del Sastrecillo valiente, ése que mató “siete (moscas) de un golpe”, alcanzando así fama y gloria eternas. Formando parte de la misma comitiva aparece “un cochinito bien peladito”, más que evocador de otra de las figuras centrales de las carnestolendas medievales, el hombre-cerdo, ataviado siempre de una calvicie simulada de la que colgaban unos pocos pelos, los cuales, a su paso, iba arrancando la chiquillería como chanza y jolgorio. Completando la escena, “la pícara vieja que está en el rincón”, a la que presentimos luctuosa, malhumorada y ajena a la alegría del desfile, no puede ser otra que Doña Cuaresma, que espera paciente a que acabe el desorden festivo y dé comienzo su tiempo de tristeza.


Tenemos pues en nuestra memoria y en nuestra palabra el don del Carnaval y esas cabalgatas ostentosas, ruidosas e institucionalizadas nos lo van mermando, nos quitan del desfile, no nos dejan tirar del carro de heno y –como Doña Cuaresma– aguardan pacientemente a que se nos hiele la risa.


Juego con que se divierten los muchachos, pellizcándose suavemente en las manos unos a otros.


Queridos lectores, el increíblemente adictivo juego de la pizpirigaña consiste nada menos que en colocar las manos con las palmas hacia abajo y los dedos extendidos con el fin de que otra persona los pellizque suavemente a la vez que canturrea una canción citando una serie de eventos que se suceden y mencionan en orden, por ejemplo...


Pizpirigaña vino la araña por su sabanita para la arañita; vino la paloma de su palomar, pero vino la sal, sal menuda para la cuba. Cuba de barro, tapa caballo, caballo morisco tapa de Obispo, Obispo de Roma tapa esa corona que no se la coma la cuca rabona


Bien, finalizada esta delicada operación de canturreo, el dedo en el que acabe la canción, se esconderá y volverá a repetirse la retahíla... así hasta que quede un solo dedo victorioso y ganador cuyo dueño dirigirá la nueva ronda... (que se quiten las pleyesteisions y las nintendodeeses teniendo juegos de toda la vida como estos ;))

Francisco Gómez de Quevedo y Santibáñez Villegas (1580-1645) fue un noble, político, y destacado escritor del Siglo de Oro español, del que tomamos un fragmento de su genial novela: La Historia de la vida del Buscón para ilustrar esta palabra:

Determinéme de ir a una posada, donde hallé una moza rubia y blanca, miradora, alegre, a veces entremetida y a veces entresacada y salida; zaceaba un poco; tenía miedo a los ratones; preciábase de manos y por enseñarlas siempre despabilaba las velas, partía la comida en la mesa, en la iglesia siempre tenía puestas las manos, por las calles iba enseñando siempre cuál casa era de uno y cuál de otro, en el estrado, de contino tenía un alfiler que prender en el tocado, si se jugaba a algún juego era siempre el de pizpirigaña, por ser cosa de mostrar manos.


¡Oh Tacio! Chio cospetto. ¡Ah! Merita rispetto e commensale e amico sdegnarmi. ¡Oh Diononso! Sdegnarmi.


¡Oh Tacio! Yo aquí presente. ¡Ah! Merezco respeto y el amigo comensal me desprecia. ¡Oh Diononso! Me desdeña.


El nombre Tacio puede referirse a diversas figuras históricas.

Tito Tacio, rey mitológico de los Sabinos. Después del rapto de sus súbditas por Rómulo, declaró la guerra a los raptores.


Aquiles Tacio, natural de Alejandría, escritor de la época bizantina, de mitad del siglo II/III. Es conocido por haber legado una novela erótica llamada Leucipa y Clitofonte.


De los dos escojo el primero por tratarse de un personaje mitológico al igual que Dioniso.


Diononso (italiano antiguo):


En la mitología griega, Dioniso (en griego: Διόνυσος, transl.: Dionysos) es uno de los considerados dioses olímpicos, es el dios de la fertilidad y el vino. Hijo de Zeus y Sémele. Nieto de Harmonía y bisnieto de Afrodita, sin embargo, otras versiones afirman que era hijo de Zeus y Perséfone.


Dioniso era inspirador de la locura ritual y el éxtasis. Un personaje importante de la mitología griega. Aunque los orígenes geográficos de su culto son desconocidos, casi todas las tragedias lo presentan como «extranjero».


Es el dios patrón de la agricultura y el teatro. También es conocido como el ‘Libertador’ (Eleuterio), liberando a uno de su ser normal, mediante la locura, el éxtasis o el vino. La misión divina de Dioniso era mezclar la música del aulós y dar final al cuidado y la preocupación.​ Los investigadores han discutido la relación de Dioniso con el «culto de las almas» y su capacidad para presidir la comunicación entre los vivos y los muertos.​


El nombre Dionysos es de significado incierto. Su elemento -nysos bien puede ser de origen extraheleno, pero dio- ha sido relacionado desde antiguo con Zeus (genitivo Dios). Para los autores griegos, Nisa era una ninfa que lo crio, o la montaña donde era atendido por varias ninfas (las Nisíades), que lo alimentaron y lo hicieron inmortal por orden de Hermes.​

El séquito de Dioniso era llamado el tíaso, y estaba formado principalmente por las ménades (sus compañeras de orgía).


Otro mito dionisíaco aparece en el credo del orfismo, donde los antiguos Titanes matan al pequeño dios Dioniso, hijo de Zeus y Perséfone, luego de atraerlo con brillantes juguetes hacia una trampa, después es descuartizado, cocido y devorado. Entonces, Zeus castiga y fulmina con su rayo a los Titanes, pero como el corazón de Dioniso no fue devorado, del corazón resucita el hijo de Zeus. De las cenizas de los Titanes y la tierra surgen los seres humanos, que poseen un componente titánico y otro dionísíaco, al nacer con algo de la antigua culpa de la muerte del dios Dioniso, por lo que deben purificarse al evitar el derramamiento de sangre de hombres y animales. De este modo, al final de la existencia, su alma es liberada del cuerpo (casi tumba y cárcel), para reintegrarse al mundo divino de donde procede.​


· Posteriormente fue conocido por los romanos como Baco​ y el frenesí que inducía, bakcheia.


“Havete un Padre inmé”

Tienes un padre en mí.


“E di cual che nemico io vi difenderó” [“E di qualche nemico io vi difenderó”, italiano actual]

Y de que enemigo te defenderé.


"Decodín, decodán, de la vara cordobán. El tercero Ballestero, eres un gran embustero pero mayor lo soy yo."

Decodín, decodán, de la vara cordobán… Recuerdo desde niño como una frase relacionada con el juego infantil. Por lo menos en Madrid se utilizaba, y López la pudo haber recogido/recopilado de los dichos populares antiguos. Aquí un pdf de un dicho similar popular en Pontevedra:

El tercero Ballestero, parece referirse a un cargo de a finales del siglo XVIII, el de Ballestero de Su Majestad, relacionado con el cuidado de las armas, armero, arcabucero, ballestas, cargo considerable para la época. Por “tercero” pudiera referirse a indicar a una tercera persona o el tercero de los ballesteros en rango. También tiene connotaciones de dicho o frase popular antigua.


“¡Oh! fosser tutti simile son pieno di furore”. [en italiano actual “¡Oh! fossero tutti simile son pieno di furore”.

¡Oh! eran todos iguales, estoy lleno de furia.


“Bestia dime peggiore nel mondo non si vé.” [en italiano actual: Bestia dime peggiore del mondo non si vé.]

Bestia peor que yo en el mundo no se ve.

[Por “non si vé”, deduzco que al ser italiano antiguo podría tener más sentido “non si vede”, verbo ‘ver’]


“Todo eso es paja. Saca la caja, danos un polvo y á Dios quédate.”


De nuevo parece querer significar que López además de realizar recopilación de ritmos o danzas antiguas, nunca escritas, las quiere enraizar/conjugar/unificar con los dichos populares antiguos que tampoco son frecuentes en la literatura. Así este tipo de frases, que aparecen durante toda la obra, tienen en sí mismas una musicalidad, aparte de un sentido/significado relativamente trascendente dentro de su corta extensión de palabras, al estilo refranero, siendo estos refranes por lo general de algo más amplitud que los muy conocidos aún día. Teniendo en cuenta que la tradición nos insinúa que, dichos, frases, refranes, citas, aforismos, expresiones y proverbios ha habido muchos en la historia de la Comunidad de Madrid o sus zonas circundantes. Estos son unos pocos ejemplos: https://www.elcafedelahistoria.com/refranes-madrilenos ; https://wakeuptours.com/2018/07/07/refranero-popular-madrileno

Normalmente hacen referencia a un hecho histórico, suceso, comportamiento social extendido, religioso, sabiduría popular, etc. Por lo que en mi opinión subjetiva podría interpretar esta frase como un ajuste de deudas, como diciendo, eso que me das a cambio no tiene valor, saca el monedero y dame dinero real y quedemos en paz. En casi todas las frases de López he percibido la gracia o aspecto “chulesco” de índole “castiza”, así “danos un polvo” interpreto: danos el dinero (seguramente en un entorno familiar, al ser plural “danos”).


Es decir, lo que Barbieri comentaba en su artículo que investigué en la Biblioteca Nacional hace más de 20 años y expuse en mi web superopera.com desde entonces (millones de visualizaciones cosechadas) y obtuve los siguientes datos:

  • Francisco Asenjo Barbieri: + Don Félix Máximo López + Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. V (1885), págs. 195-208 (signatura BN: D-3380)

<<Entre las composiciones de nuestro organista, merece un particular examen la intitulada “Obra de los Locos”, no solamente por lo que ella es en sí misma, sino porque, hallándose indicada en el retrato que ha motivado este estudio, parece significar que fuera su obra más predilecta, o la que más gusto hubiese dado a sus parientes y amigos. Sea como quiera, es lo cierto que esta obra es de lo más caprichoso y extravagante que a un loco risueño se le puede ocurrir. Su letra, que también es composición de D. Félix, es verdaderamente propia de locos, por las incongruencias, despropósitos y disparates burlescos y ridículos de que ex profeso está sembrada. Leyéndola, se vienen a la memoria aquellos célebres versos de D. Tomás de Iriarte, en su comedia “La Librería”, que empiezan:>>


Destacando:

“…esta obra es de lo más caprichoso y extravagante que a un loco risueño se le puede ocurrir. Su letra, que también es composición de D. Félix, es verdaderamente propia de locos, por las incongruencias, despropósitos y disparates burlescos y ridículos de que ex profeso está sembrada.”


No solamente, en mi opinión, deberían destacarse las incongruencias y despropósitos, pues puede tener tanto congruencia como propósito, ni calificarlo de burlesco y ridículo, pues si de frases populares se trata prácticamente todo, estas son en un estilo y carácter determinado por la zona o zonas donde dichos refranes se empleaban en aquella época o anteriores, el “modus vivendi” de sus paisanos. ¿Estaba, o está la gente “loca” por tanto”? ¿Es la manera de vivir -ese humor que caracteriza a un pueblo- solamente “un disparate burlesco o ridículo”? El título bien lo refleja - en una especie de índice (pág. 37, que luego a la postre no resulta exactamente como tal) del manuscrito MC/4204/30 dela Biblioteca Nacional- que dice textualmente: “Ayres de los Periódos de la Pra. Pte. de Locos. Yntroducción. Tace.” Por lo que se puede dilucidar que por simplemente “Locos” ya daba a entender el Maestro que se podría referir/citar esta obra. La música culta si se caracteriza por algo es por llevar a la/lo popular a la ciencia y elevarla/lo a un nivel de, Arte. Así es como pienso que debía de tener el concepto más arraigado Félix Máximo López de lo que significa un Maestro de Música, y los grandes genios universales también han coincidido en ello y lo han tenido muy presente.


Sin tener un libreto a disposición y haber obtenido el texto directamente del manuscrito del borrador de la partitura general, y teniendo en cuenta esta idea compositiva de frases populares + danzas populares + cultura general como elemento estructural, no es sencillo llegar a una comprensión directa (como les sucede a muchas personas), sino que requiere un gran trabajo de fondo el poder haber dado con ella, como es la edición de toda la obra, parsimoniosa, en base a escudriñar con lupa y fotocopias del manuscrito ampliadas, nota a nota, punto a punto y frase a frase, un análisis, las maneras o estilo determinado por el estudio de numerosas obras anteriores a esta (toda la Integral para clave y fortepiano, y su correspondiente edición profesional, “Urtext”), la conjunción y ayuda que proporcionan los recursos tecnológicos hoy día, la grabación con sonidos sampleados que proporcionaron una referencia directa sonora, la experiencia previa de una gran ópera de cercanía en el tiempo también descubierta y editada (primera edición).


Parece ser que no bastó mi primer artículo que expuse aquí en mi web,



para manifestar la importancia de esta obra. Han pasado más de 20 años manteniéndolo y con millones de visitas y lecturas, con referencias de muchos estudiosos en diversidad de escritos y trabajos referentes a la Ópera Española, habiendo llevado/regalado una copia de este trabajo impreso a diferentes Instituciones públicas, que siguen tapándose los ojos y los oídos, a ciencia ciega pero “copiando” a escondidas y manipulando a su antojo e intereses y menoscabando la altura artística del compositor al máximo para justificar 2 siglos de casi nula presencia en el mundo musical, de compositor/artista mediocre o de escaso valor.

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