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Beethoven el terrorista

Actualizado: 15 abr

Es un descubrimiento, nadie conocía esto, al menos explicado con palabras.


Ahora resulta ser que el gran, magnífico, compositor alemán (aunque le llamaban el español), símbolo de la grandeza humanística, que se sintió engañado por Napoleón cuando se dió cuenta que este traicionó los ideales de la revolución francesa - libertad, igualdad, fraternidad- por guerra, abusos y complejo de pequeño para saciarse con adquirir poder y riquezas, ahora Beethoven es difundido como el terrorista globalmente por Youtube (Google), traicionando estos también a los que llevamos 24 años potenciando con nuestro trabajo de presencia en Internet y aceptación mundial que les dió prestigio para que dicha compañía creciese y ahora sean quienes son (aunque yo no soy partidario de los monopolios) que ahora nos tapan, esconden y boicotean, como si fueramos malditos.


Aquí está la prueba, en este tercer movimiento de la famosísima Sonata del Claro de Luna de Beethoven:


Beethoven "Moonlight" Sonata, III "Presto Agitato" Valentina Lisitsa



Con la nada despreciable cantidad de 62.229.418 visualizaciones en 14 años que lleva publicado este vídeo, superando incluso a las estrellas del rock, esta pianista de origen ucraniano (Kiev, Ucrania, 25 de marzo de 1970) asentada en EEUU, destroza el último tiempo de la Sonata 'Claro de Luna' de Beethoven con una ejecución que demuestra al mismo tiempo cómo las interpretaciones pueden convertir las obras maestras y artísticas en todo lo contrario, aberraciones para machacar el espíritu de los oyentes...


Así apreciamos cuando llega a las actavas agudas, con el Mi, que las atiza como si estuviera matando moscas, en lugar de ser atacadas dentro de la exhuberancia de los arpegios quebrados hacía las alturas del blasón del genial Beethoven, por la zona del 0:34 me sugiere a los dibujos animados de Tom y Jerry (igual ella piensa que lo está haciendo expresivo), cosa que se ratifica cuando llega al grupeto del 0:40 y posteriores grupetos similares que aparecen en la obra que los realiza de igual manera, literalmente los aprisiona (no deletrea este adorno, con lo bonito que es, en la claridad de todas sus notas y casi las pisa unas con otras).


Las respiraciones entre frases (ah, aquella versión de Wilhelm Kempff en la Deutsche Grammophone que me inspiró en su día y motivó para estudiar esta obra...), reniega de ellas, ¡la música no existe señores! y las atrapa unas con otras como en una lucha sin cuartel de players del vídeo juego de Call Of Duty de Activision Wizard o similares. Cuando escuchamos los acordes (ver 0:44 y 0:51) por tanto , es como una patada, una bomba, un guarrazo que le avientas al enemigo en toda la jeta, en lugar de dirigir esto con la musicalidad que requiere de peso, ampulosidad del sonido redondo que abre las puertas espirituales del Olimpo. Aunque a veces Lisitza las ejecuta como un hachazo. En el 1:08 vemos la repetición de acordes como si Lisitza estuviera pilotando un avión caza y disparando, o un cazabombarderos, o directamente sacase la ametralladora y se cargase a un grupo de enemigos. En lugar de, como las interpreto yo, de menos a más, para de igual manera ser una elevación espiritual. En el 1:12 los bajos son atacados sin ningún miramiento, clavar el meñique ahí (que sería en el ojo del adversario del vídeo juego), en lugar de ser la base de la construcción de las armonías, por medio de una esponjosidad especial que de lugar a abrir los armónicos del piano. En el 1:18 los que puedan creer que esto son alardes de técnica, lejos están de la verdad, pues como decía Listz, la música tiene que emanar del espíritu, y aquí lo que escucho siguen siendo ametralladoras en la distancia, no música, no el murmullo, la materia cósmica, el humus de actividad orgánica de los campos. Y así sigue hasta el 1:48 cuando llega el Sol # en octava reforzado con la derecha, que en lugar de ser de nuevo un destello de luz armónico, aquí es, te cojo del cuello y te humillo para torturarte. En el 2:29 podemos encontrar otro ejemplo de lo dicho, de cómo la arrea a la octava de SI sin ninguna piedad, aquí siento como si le hubiera dado una pedrada al enemigo en la nuca. En el 2:39 la encontramos en pleno batallaje, con todo lo dicho ya anteriormente pero todavía más entrada a fondo.


Hombre, bajar las teclas, las baja, eso no cabe duda.


En el 3:09 observamos como ese acorde que tendría que ser -en mi opinión- recogido con el pedal, aquí es cortado en seco, y claro, el mensaje es totalmente diferente, de ser otra gran puerta del Paraiso a, toma por ahí, y una patada entre los guindanillos. Posteriormente volvemos de nuevo a Tom y Jerry (lo que hace el no madurar las melodías, frasearlas como es debido, y sobre todo sentirlas, haberlas interiorizado con el alma, pasar de un tono/armonía a otro llevándolo/transportándolo por las nubes como la deidad que es la idea del gran Beethoven). En el 3:27 Lisitza sigue percutiendo los bajos con el resultado que parece como si en poco espacio de tiempo hubiese clavado los dedos en los ojos de los guerrilleros y se hubiese así fácilmente librado de esas malas hierbas. En el peculiar pasaje del 4:10 al igual que el anterior (1:40), compases que esconden una técnica Beethoveniana muy singular, Lisitza opta por darle mayor envergadura a la mano izquierda que la derecha, para mí esto es un truco para facilitar ya que yo procuro hacerlo al revés para dejar ver el vuelo, las filigramas del dibujo planteado por Beethoven con esas notas agudas que sin embargo en L. son casi sepultadas por la izquierda. En los 4:37 y 4:43 encontramos de nuevo otros ataques de los acordes que convierte a Beethoven en un terrorista de la música (quizás pensó L. que como estaba sordo...). En el 4:47 se le rompe la escala de la mano derecha para llegar al LA en octaba, para mí esto aparte de la interpretación, es un fallo técnico (grave si nos ponemos a evaluar en un exámen de Conservatorio), con la ventaja que tiene una grabación de estudio que puedes repetir hasta que salga bien... En el 5:31 se advierte que la carga emocional que ha ido acumulando Beethoven en esta sonata aquí, L., la mide que parece que está contando en lugar de ser guiada en una interpretación/versión que se precie ejemplar (hombre, más ejemplar que tener 60M de visualizaciones cuando otros no tenemos ni una migaja de eso...) con la fuerza que lleva el impulso de la grandeza humanística y superación. Para acabar dede el 4:41 con el Tom y Jerry de nuevo, algo que puede ser debido a la técnica de ejecución y al planteamiento general de la interpretación de la obra. En el 5:55 y posteriores, esos arpegios descendentes de la mano derecha que debieran ser y comenzar cada uno de ellos con un impulso del corazón, cada cual con su acento y armoniosidad, que embriage la sala de conciertos en un éxtasis de categoría altruista por la paz y la verdad, la dignidad, y la demostración de que el hombre vino a la tierra para unificarse con el mundo, enriquecerlo y darle sentido a nuestras vidas con esperanza, fé y grandeza, aquí nada, como si en esos sitios no existiera nada más que el objetivo de destruir a todos los enemigos, que son muchos, del planeta Call Of Duty, se los tritura y santas pascuas, se bajan todas las teclas y se decapita. 6:06. escala ascendente Tom y Jerry. 6:11 trino de la derecha arropado con la armonía de la izquierda, que debiera reflejar una de las más grandes maravillas de la historia de la música, un punto y del éxtasis sublime de sonoridad y armónicos, aquí nada, a pasar por la rueda y déjate de zarandajas que aquí estamos en algo serio que consiste en bajar las tecjas y machacar a los duties/buitres esos para ver si no dejamos ni uno. Luego viene la bajada que parece que ha encontrado una medida personal que ni siquiera Beethoven fue capaz de verla... Cuenta, uno, dos, tres, y a la coda final que ya nos vamos para casa y ostias que todavía quedan esos dos acordes finales que ya realmente me tienen hasta los coj...


Esta crítica está basada en mi opinión como músico, no tiene nada en contra de la persona que aparece en el vídeo, simplemente es comentar lo que suena, nada más.


Cordiales saludos, y procurar ser felices.


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Alberto Cobo plays Moonlight Sonata by Beethoven


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