La peseta y las naranjas en López
- Cochuchi
- hace 2 días
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[Acto II - Escena X – Canzoneta a sólo y a 4 del libreto de la "Obra de los Locos" de Félix Máximo López (1742-1821)]
LOCO 2º
Los lunes por la mañana
una peseta me da
para el pan de la semana,
después de refunfuñar.
Y si no le doy la vuelta
empieza luego á entonar:
TODOS
Arrojome la portuguesita
naranjitas de su naranjal,
arrojómelas y arrojéselas,
y volviómelas á arrojar.

Antes de que la peseta fuera moneda oficial en 1868, el término "peseta" ya se utilizaba en España desde al menos el siglo XVIII para denominar a una moneda equivalente a dos reales de plata de moneda provincial. El Diccionario de Autoridades de 1737 la define como "la pieza que vale dos reales de plata de moneda provincial, formada de figura redonda".
Este uso popular del término peseta como equivalente a dos reales se consolidó en la práctica, aunque no era una unidad monetaria oficial a nivel nacional. Más adelante, la equivalencia fue evolucionando, y en el siglo XIX, la peseta llegó a asociarse también con valores de cuatro reales de vellón, en función de las reformas monetarias de la época.
La peseta existía como denominación popular y práctica mucho antes de convertirse en la moneda oficial de España, en el siglo XVIII, se llamaba peseta a la moneda de dos reales.
En Madrid, a finales del siglo XVIII y principios del XIX, el precio de una hogaza de pan de aproximadamente dos libras oscilaba alrededor de 8 cuartos, que equivalen a medio real; dado que una peseta equivalía a 4 reales, con una peseta se podía comprar varias hogazas de pan.
Por ejemplo, el pan se vendía comúnmente a 8 cuartos la hogaza, y 8 cuartos y medio equivalían a un real, por lo que cuatro reales (una peseta) permitían adquirir alrededor de 8 hogazas de pan a ese precio estable antes de las crisis de especulación y carestía que se dieron en la década de 1840. Sin embargo, durante episodios de crisis y especulación, el precio del pan se disparaba, llegando a duplicarse, lo que dificultaba su acceso para los sectores populares y generaba disturbios y motines por el pan.
En condiciones normales y estables, una peseta era suficiente para comprar una cantidad significativa de pan en Madrid a finales del siglo XVIII y principios del XIX, aunque las crisis agrícolas y especulativas podían alterar esta realidad.
Por lo tanto, si entregabas una peseta (4 reales) para comprar una hogaza de pan que costaba medio real, te sobraban 3 reales y medio. Es decir, recibirías como vuelta 3 reales y medio, lo que equivale a 28 cuartos (ya que 1 real = 8 cuartos).
· Das: 1 peseta (4 reales)
· Precio de una hogaza: 0,5 real
· Vueltas: 3,5 reales (28 cuartos)
Con lo cual podías comprar 8 hogazas de pan. ¡Lo que ha bajado el valor del dinero desde entonces! Ahora para comprar el pan de la semana son como 2.324 pesetas (2.324/166= 14 euros). O sea, ha subido el precio 2.324 veces! Esto comprando barras de pan normal.
Si ponemos que una hogaza es un pan grande de leña, que esto puede subir a 10 euros, a la semana serían 70 euros = 11.620 pesetas!
· El nombre "peseta" proviene del catalán peceta, diminutivo de peça, que significa “piececita” o “pieza pequeña”. Este término se utilizaba en Cataluña desde el siglo XV para referirse a pequeñas monedas de plata y, posteriormente, a monedas de dos reales de plata que circularon especialmente durante la Guerra de Sucesión (1701-1714), cuando el archiduque Carlos de Austria acuñó monedas con ese nombre en Cataluña.
· Con el tiempo, la palabra "peseta" se popularizó y extendió más allá de Cataluña, llegando a designar en el uso cotidiano una moneda de cierto valor (dos reales de plata), hasta que en 1868 fue adoptada oficialmente como la unidad monetaria nacional de España
La peseta se acuñó por primera vez en Cataluña, concretamente en Barcelona, en el año 1808. Durante la ocupación napoleónica (1808-1814), las autoridades locales emitieron monedas de oro y plata con el nombre de "peseta" (o "peceta" en catalán), convirtiéndose en la unidad monetaria oficial en Cataluña en ese periodo.
Estas primeras pesetas catalanas se emitieron por orden de las autoridades de Barcelona, y su circulación se mantuvo hasta 1814. Posteriormente, el término y la denominación siguieron empleándose en Cataluña y otras regiones antes de que la peseta se convirtiera en la moneda oficial de toda España en 1868.
La peseta se acuñó por primera vez en Madrid en el año 1869, tras el decreto del 19 de octubre de 1868 que la estableció como unidad monetaria nacional. Esta primera emisión fue realizada por la ceca de Madrid, que se convirtió en el centro de producción de la nueva moneda y origen de la actual Fábrica Nacional de Moneda y Timbre – Real Casa de la Moneda. La primera peseta oficial llevaba en su anverso la leyenda "Gobierno Provisional" y fue diseñada inspirándose en monedas romanas.
El término "pesetero" surgió durante la Primera Guerra Carlista (1833-1840), cuando las tropas liberales (isabelinas) recibían una paga diaria de una peseta, mientras que las tropas carlistas cobraban solo un real. Por eso, los carlistas empezaron a llamar despectivamente "peseteros" a los soldados liberales, acusándolos de luchar únicamente por el dinero y no por ideales.
Con el tiempo, el término pasó a usarse en toda España para referirse a personas consideradas tacañas o excesivamente preocupadas por el dinero, pero su origen no está vinculado a Cataluña ni a la acuñación catalana de la peseta, sino a la diferencia de paga entre bandos durante esa guerra.
La peseta de principios del siglo XIX no era una moneda concreta de curso legal en toda España, sino más bien una denominación popular que se usaba para referirse a ciertas monedas equivalentes a dos reales de plata de moneda provincial, especialmente en Cataluña y otras regiones. En ese periodo, existían monedas acuñadas con la inscripción "peseta" en Barcelona durante la ocupación napoleónica (1808-1814), y también se emitieron algunas monedas con este nombre durante la Primera Guerra Carlista (1836-1837), pero no formaban parte de un sistema monetario nacional unificado.
No fue hasta el decreto del 19 de octubre de 1868 cuando la peseta se convirtió oficialmente en la unidad monetaria nacional de España, y a partir de 1869 se acuñaron en Madrid las primeras pesetas como moneda concreta, con valor, peso y diseño definidos. Antes de esa fecha, la "peseta" era más una referencia de valor y una denominación local que una moneda concreta y estandarizada en todo el país.
Esas monedas equivalentes a dos reales de plata de moneda provincial eran monedas reales y concretas, es decir, piezas físicas de plata que circulaban en distintas regiones de España, especialmente en Cataluña, durante los siglos XVIII y XIX. El término "peseta" era el nombre popular que se daba en Cataluña a la pieza de dos reales de plata desde hacía más de un siglo.
Estas monedas tenían valor legal en su ámbito de emisión y formaban parte del sistema monetario de la época, aunque la denominación "peseta" no era oficial en toda España hasta 1868. Por tanto, existían monedas concretas de dos reales de plata que eran conocidas popularmente como "pesetas" en ciertas regiones, aunque su estatus y denominación oficial variaban según el contexto y el periodo.
Se pueden ver imágenes de la peseta de principios del siglo XIX en Madrid visitando el Museo Casa de la Moneda, situado en la calle Doctor Esquerdo 36, Madrid. Este museo alberga una de las colecciones numismáticas más completas del mundo, incluyendo monedas originales de la época, maquetas, grabados y paneles explicativos sobre la historia monetaria española, con especial atención al siglo XIX y a la instauración de la peseta como moneda nacional.
En la exposición permanente del museo se pueden contemplar ejemplares de las primeras pesetas emitidas en Madrid tras 1868 y también monedas anteriores relacionadas con la denominación “peseta” y su evolución. Además, el museo ofrece visitas guiadas y paneles informativos que contextualizan la historia y el diseño de estas monedas.
La entrada es gratuita y el museo está considerado como uno de los más importantes del mundo en su género.
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La Canzoneta a 4 de López parece querer referirse a la Guerra de las Naranjas en España tuvo lugar entre el 20 de mayo y el 6 de junio de 1801. Fue un breve conflicto militar en el que España, aliada con Francia y bajo el mando de Manuel Godoy, invadió el territorio portugués del Alentejo. El conflicto concluyó rápidamente con la firma de la paz de Badajoz el 6 de junio de 1801.
El nombre del conflicto proviene de un gesto simbólico: cuando el general español Manuel Godoy sitiaba la ciudad portuguesa de Elvas, recogió un ramo de naranjas y lo envió como presente a la reina María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV, lo que dio origen al nombre de la guerra.
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